Las expresiones fijas, también denominadas locuciones o unidades fraseológicas, constituyen el objeto de estudio de la fraseología. Lingüistas como J. Casares, A. Zuluaga, G. Corpas Pastor para el español; Ch. Bally, y G. Gross para el francés; y R. J. Alexander, A. P. Cowie y P. Howarth para el inglés, entre muchos otros, han hecho su contribución al estudio de estos elementos lingüísticos tan particulares y apasionantes.
Si bien existen algunas divergencias entre las características propuestas por los diferentes especialistas, todos concuerdan en atribuirles los rasgos siguientes:
- Son anteriores al acto de habla o de escritura donde se utilizan. Es decir que no son creadas por el hablante, sino que éste las toma de la lengua que le es dada.
- Son parte del saber lingüístico de la comunidad.
- Están institucionalizadas: estandarizadas y convencionalizadas. Normalmente, se han incorporado a los diccionarios y materiales de consulta monolingües.
Son fijas (sin ton ni son no podría expresarse igualmente por sin son ni ton ya que el significado del todo no se desprende del significado de las partes), pero pueden existir variantes (faltar cinco guita para el mango/para el peso).
- Su carácter habitualmente es figurado y a menudo metafórico (ver las estrellas).
Pueden desviarse o 'desautomatizarse'. Desde un punto de vista lingüístico, la desautomatización constituye a la vez la prueba y la confirmación de la fijación (sin ton ni son en oposición a sin son ni ton).
Asimismo, a menudo se las puede reconocer por la presencia de comentarios metalingüísticos que las acompañan (como dice el refrán), por su uso recortado (si Mahoma no va a la montaña...) y por su marcación gráfica mediante comillas, bastardillas o resaltados.